jueves, 15 de marzo de 2007

Niños comunicados


Hartos de épocas de silencio, los chicos hacen lo imposible para llenar de palabras la ausencia de respuesta de los padres. En este caso, Olivia Arteca dicta una conferencia al estilo Massotta, en cualquier happening del Di Tella de los 60, a una oyente de Radio Universidad de La Plata, sobre el futuro de la poesía después de la muerte de Joseph Brodsky. Está claro que el oyente, digamos Karl, no está de acuerdo con las hipótesis que Olivia sugiere y de allí el gesto de enojo y desilusión de esta bellísima niña de 7 años. ¿Qué dijo Olivia? Que la gente es más indulgente cuando se encuentra con papeles mecanografiados que con un libro édito. No es culpa de ella, sino del bueno de Joseph, que sí creía en esta máxima para nada sanmartiniana, y cuya crudeza responde a años de certezas, en los cuales sus poemas seguramente sufrieron la sanción de cuanto inhóspito lector tuviera entre manos un libro suyo. Como se verá, Julia, la muñeca de Olivia, cayó dormida durante la conferencia (a quién no le sucedió la misma cosa), corroborando así lo que muchos sospechábamos: que se trata de un objeto inanimado. Pero no todo lo dicho es tan cierto. El oyente sólo quería acercar su opinión favorable a Monseñor Aguer, el obispo de La Plata y fiador del delincuente Francisco Trusso, liquidador del BCP. Ahí sí, comprendemos el rostro desencajado de Olivia, cuyos ahorros fueron comprometidos por la Iglesia platense. Colgá ese teléfono.

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