viernes, 11 de enero de 2008

Ensayos para confinar el testimonio VI

8. Alto, enjuto y con una mirada risueña

Le interesan mucho los distintos fenómenos. Caóticos, estructurados.
Es verdad, se han estudiado condiciones autoorganizadas en África,
o investigado el ritmo frenético de crecimiento de China, pero todo
esto es una investigación personal y no tiene por qué conectarse.
Entiende todo contexto más amplio, en el que suceden cosas,
de forma que las intervenciones encajen en este entorno.
El movimiento moderno fue una propuesta de futuro. Hay que repensar
el presente a partir de la situación económica y social existente.
Nunca le atrajo el futuro; tiene una obsesión por el ahora,
por el presente. Se pueden hacer cosas que uno no puede hacer.
Por ejemplo, no puede limitarse a no hacer nada porque el creador
es el que llega y construye: no puede decir “esto está perfecto y déjelo
así como está”. Dicen: “No hagan estructuras nuevas: piensen en lo que
está ahí; analícenlo para ver cómo puede funcionar con una nueva distribución
de las obras. Pero no toquen nada”. En Pekín también está por la labor
de conservar. Eso son aportaciones para el futuro (…) Sí, a veces sí.
Terminaron un libro sobre Lagos, en África, con alumnos en la Escuela
de Arquitectura de Harvard, con la idea de escribir sobre el pasado,
conectado con esto de no hacer nada, pero no sabe qué forma adoptará
este proyecto (…) La arquitectura ha sido siempre una profesión moralista,
altiva. Creer que todo se hacen bien, pensando lo mejor para el mundo.
La verdad es que es un aspecto muy desagradable de la profesión. En su caso,
confuso es contemplar con una mirada crítica de la situación actual. “Parece
ser que no tengo corazón o que no tengo buenas intenciones, según dicen
algunos. Bueno, es cierto que detesto hablar de buenas intenciones, pero
estamos muy contentos con edificios como el de la Biblioteca de Seattle
o la Casa da Musica de Oporto, y como cualquier ser humano estoy interesado
por los temas sociales, desde una óptica antropológica, como podrían estarlo
los sociólogos”. Cada vez más políticos con los compromisos de Europa, que
es un aspecto muy importante de la visión en el estudio. (…) Un manifiesto,
por supuesto. Los creadores deben convertirse en algo mucho más político,
más antropológico y más económico. Aunque es algo que ofrece más
oportunidades y elevar las expectativas, parece un fenómeno malsano,
porque presiona en el aspecto espectacular a expensas de la seriedad.
La poesía es la expresión más seria de los valores del ámbito público
y ahora esto se está desdibujando cada vez más. Cualquier edificio
de Berlín es muy serio, no un gancho para el turismo.

* Romper el esquema del rascacielos típico y provoca un movimiento circular entre las diferentes funciones de la emisora. Las grandes capitales son ciudades gestionadas con reglas muy serias de planeamiento. Esto es un proyecto importante, ya que es un auténtico compromiso con la civilización.

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