miércoles, 30 de julio de 2008

Fotos

John Ashbery, a principio de los '80.



Dos millones de violadores

Como un pelo cayendo sobre la arena
la dirección del remitente es vacío
o apertura;
cada quien sigue su camino
y por él avanzamos.

Las estrellas se mueven en sus oquedades.
Dios patrulla el fondo del mar,
pone a los caracoles dóricos por encima
del nivel de la escalera de incendios.
Nos ve venir
y pega la vuelta a la esquina.

Los hombres de cartón se abandonan en sus almacenes
hasta que se deslicen las horas,
nos sirvan té y helados,
todos secuaces en el pequeño negocio.

Dimos curso a estas órdenes
una y otra vez, dice esto, exportando nuestros despojos
hasta los límites del imperio.
Aún así, sin falsete,
el pájaro chilla en el oído.

(texto perteneciente a Where Shall I Wander)


El joven Ashbery, en los tiempos de sus expermientos en prosa. 1970.

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